domingo, 21 de febrero de 2021

Valoramos la cantidad de vitamina C que tienen nuestros pimientos

La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es un potente antioxidante que no es exclusivo de frutos cítricos, como las naranjas o los limones. Algo que no es muy sabido es que nuestros pimientos son también muy ricos en este producto. En nuestro proyecto estamos estudiando cinco variedades de pimientos, y estas son una mínima cantidad de todas las que existen en el mercado. Es interesante que constatemos este hecho, pero lo es más el que valoremos si hay diferencias entre nuestras variedades. Ese va a ser, precisamente, el objetivo de los experimentos que estamos realizando.

Para valorar la cantidad de vitamina C que hay en una muestra debemos utilizar una reacción específica que nos permita cuantificarla. El almidón es un polisacárido que reacciona específicamente con el lugol, un compuesto que tiene iodo. Si a una solución de almidón le añadimos unas gotas de lugol, se tornará violeta oscuro. La vitamina C previene frente a esta reacción, por lo que si añadimos a la solución de almidón vitamina C, no aparecerá el color morado mientras ésta no se consuma en esa reacción. Cuánto más ácido ascórbico contenga la solución con almidón, más lugol tendremos que añadir para conseguir que aparezca el color morado en el tubo de ensayo. 

Este es el fundamento para realizar una curva patrón. Vamos a preparar varias soluciones de vitamina C con distintas concentraciones de ácido ascórbico. Por otro lado vamos a preparar una solución de almidón al 0,5% (peso de almidón/volumen de agua destilada). En cada tubo de ensayo pondremos 2 ml de esta solución de almidón a la que añadiremos 1 ml de las distintas preparaciones de vitamina C. Inmediatamente, con ayuda de una micropipeta, iremos añadiendo cantidades crecientes de lugol hasta que aparezca el color azul oscuro en el tubo. La curva patrón que hemos obtenido es la siguiente:

Esta curva nos permite predecir qué cantidad de lugol necesitaremos para que nos dé positiva la reacción ante una cantidad de vitamina C conocida. Pero alternativamente, y esto es lo importante, conociendo la cantidad de lugol añadido, sabremos que cantidad de ácido ascórbico tendremos en una muestra, ya que la reacción se rige por las leyes de la proporcionalidad, como se dijo antes. Un sencillo procedimiento matemático nos permite, además, obtener una ecuación (la ecuación de la recta de regresión que vemos en la figura) que nos permite relacionar ambos valores. Basta con sustituir en la fórmula el volumen de lugol empleado.  En nuestro caso la ecuación se expresa de la siguiente forma:

Volumen de lugol en microlitros = 95,479 · cantidad de vitamina C (en un mililitro)

Para calcular la cantidad de vitamina C que tenemos en las muestras, despejamos esa incógnita según la expresión

                Cantidad de vitamina C = 95,479 / volumen de lugol

En la sesión del pasado jueves procedimos a llevar a cabo los experimentos pertinentes. Para ello tomamos 10 gramos de pimientos frescos de las distintas variedades y los trituramos en un matraz de vidrio añadiendo 10 ml de agua destilada. Tras conseguir el homogeneizado filtramos con ayuda de un tamiz hasta obtener el extracto limpio.

 


Paralelamente preparamos tubos de ensayo con 2 ml de almidón al 0,5%. Añadimos 1 ml del extracto acuoso de cada variedad de pimiento y con la ayuda de una micropipeta adicionamos cantidades crecientes de lugol. Anotamos la cantidad total de lugol necesaria para que tubo virara de color. Para cada muestra se hicieron dos-tres valoraciones, de modo que pudiéramos calcular el valor medio. Los resultados fueron los siguientes:

Ahora es el momento de hacer los cálculos. A partir de cada valor vamos a ver la cantidad de vitamina C que tenemos en cada mililitro de extracto que hemos colocado. Para ello utilizaremos la fórmula anterior. Con los valores obtenidos calcularemos la media aritmética y haremos la valoración de nuestros resultados. ¿Tienen todos nuestros pimientos la misma cantidad de vitamina C? ¿Cuál tiene más? ¿Hay alguna relación entre el color de los pimientos y la cantidad de ácido ascórbico que tienen? ¿Y entre su grado de pungencia? Los datos necesarios los tenemos tanto en esta como en las entradas anteriores. Ánimo, que esto marcha de maravilla.

Encuesta sobre hábitos de consumo de pimientos

Uno de los objetivos principales de nuestro proyecto es conocer nuestros hábitos de consumo de pimientos así como valorar lo que los ciudadanos conocemos sobre los pimientos, sus variedades, su aporte nutritivo o sus posibles virtudes terapéuticas. Nuestra meta obtener la mayor cantidad posible de información y para ello es necesario que pasemos la encuesta al mayor número de personas. Aunque el cuestionario es anónimo para los participantes,  es necesario, a efectos de evaluación de vuestra participación en el proyecto, valorar cuántas encuestas hace cada uno de vosotros. Por ello hemos añadido un campo final, llamado observaciones, dónde haréis constar quiénes habéis realizado cada una de las encuestas. También añadimos el enlace por si os resulta más fácil compartirlo entre vuestros conocidos. Ánimo, que cuántas más encuestas consigamos, mas fiables serán nuestros resultados.

https://docs.google.com/forms/d/e/1FAIpQLSdr3vyODqIlcV5WPqUDX_JEUPYNg6XZx7uczifi348oh5uwAQ/viewform?usp=sf_link


miércoles, 17 de febrero de 2021

El misterioso caso de la capsaicina

En nuestro proyecto nos hemos planteado estudiar si las variedades de pimientos que analizamos contienen sustancias inhibidoras del crecimiento de microorganismos. La literatura nos dice que uno de estos compuestos, la capsaicina -a la vez responsable del sabor picante de los pimientos- la tiene. Y puesto que teníamos pimientos con distinto grado de acrimonia, era de esperar que alguno de ellos tuviera esta propiedad. Utilizamos la técnica de la difusión en disco; como sabéis, impregnábamos discos de papel de filtro grueso con nuestros extractos que colocábamos sobre una placa inoculada con las bacterias de prueba.

Y nuestros experimentos dieron resultados negativos. No aparecieron halos de inhibición alrededor de los discos. Como tampoco observamos halos alrededor de los discos impregnados únicamente con etanol al 70%, el solvente que hemos usado para obtenerlos. Este era uno de nuestros controles. Si no hubiese habido crecimiento alrededor de estos últimos, no hubiéramos podido saber si la capacidad antimicrobiana se debía a los extractos o al etanol. En cualquier caso, con estos resultados hubiésemos podido concluir que nuestros pimientos no contenían compuestos antimicrobianos o no en la concentración suficiente como para dar lugar a los halos. Y hubiéramos acabado ahí.

Si no fuese porque teníamos otro tipo de control.

Y este control era la propia capsaicina, la sustancia para la que se ha descrito carácter antimicrobiano en la litetratura. Paralelamente al experimento anterior estudiamos el carácter inhibidor de la capsaicina a una serie de concentraciones dadas y los resultados fueron... ¡igualmente negativos! Y habíamos ensayado concentraciones capaces de matar células humanas en cultivo, tal y como nos comentó José Manuel Palma en la sesión anterior. Las concentraciones ensayadas iban desde 10 micromolar a 1000 micromolar.

Pero ¿y si estas concentraciones eran demasiado bajas para detener el crecimiento de las bacterias? Era una posibilidad. Y la forma de comprobarlo era muy fácil: aumentar la concentración de capsaicina con la que impregnábamos los discos. Y probamos con concentraciones 50 veces superiores, desde 1,6 mM hasta 50 mM. ¡Y los resultados fueron igualmente negativos! La falta de halos de inhibición se puede ver en la imagen de abajo.


¿Sería un problema del diseño experimental? ¿De la forma de preparar las placas? ¿De si las bacterias que utilizamos sor realmente indicadoras? Paralelamente llevamos a cabo experimentos similares, con la misma metodología, con extractos de cáscara de granada. Como mostrábamos en la entrada anterior, se observaban halos de inhibición notorios frente a todas las bacterias ensayadas. No debía ser un problema del protocolo empleado con los extractos de pimiento.
No obstante, decidimos cambiar la técnica. Ahora íbamos a probar la difusión en pocillo. Para ello, perforábamos y extraíamos un disco de agar de la placa inoculada con las bacterias, creando un pocillo en el depositábamos el volumen apropiado de extractos de pimiento y de capsaicina a una elevada concentración, 50 mM.


¡Y de nuevo hemos obtenido resultados negativos! Salvo un halo de inhibición que ha aparecido frente a Xanthomonas con el extracto de pimiento de la variedad Boiro, el resto de los extractos no muestra actividad, ni tampoco la capsaicina. ¿Y por qué aparece en esta bacteria?
Como podemos ver, los misterios no son solo cosa de las novelas de intriga o de las películas. Nos enfrentamos a un auténtico misterio. ¿Por qué no observamos halos de inhibición con la capsaicina con ninguna de las técnicas que utilizamos? ¿Por qué ha desaparecido el efecto antimicrobiano de la capsaicina? Hay varias posibles explicaciones. Paula aportó una referencia bibliográfica en la que una cepa de la bacteria Xanthomonas era infectiva en un pimiento con alto grado de acrimonia y, por tanto, era de suponer que resistía a la capsaicina. Este tipo de resistencias se dan pero no son demasiado frecuentes. ¿Vamos a tener cinco microorganismos resistentes a la capsaicina? Es muy poco probable. ¿Hemos alterado la capsaicina eliminado su actividad antimicrobiana? Podría ser ¿pero por qué los extractos de las variedades con más capsaicina tampoco dan halos de inhibición? Y así podríamos hacernos más preguntas.
Como vemos, la ciencia nos aclara cosas pero a la vez nos despierta más interrogantes. Si no surgieran éstas, probablemente no estaríamos participando del proceso científico a fondo, ni la humanidad hubiera avanzado tanto en la lucha contra las enfermedades ni en el desarrollo tecnológico. Y así las cosas, es ahora momento de emular al detective más famoso del mundo par resolver este auténtico misterio. Y al igual que él, no nos queda más remedio que recurrir a la ciencia. Como decía Sherlock Holmes: "Una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad". Pero con eso no bastará, tendremos que comprobarlo. Como hemos hecho con la capsaicina.

viernes, 12 de febrero de 2021

Acerca del contenido nutricional de los pimientos

Este proyecto nos está enseñando muchas cosas acerca de los pimientos. Hemos podido comprobar que tienen un gran contenido en agua, variable según los tipos. En los próximos días llevaremos a cabo experimentos para determinar la cantidad de vitamina C (ácido ascórbico) que tienen nuestras muestras. Y es que los pimientos, nutricionalmente son frutos muy interesantes. 

Una de las tareas que nos planteó José Manuel Palma desde el principio del proyecto fue averiguar la composición nutricional de las distintas variedades de pimientos que estamos usando en este proyecto. En Internet existen multitud de páginas web en las que se nos dará información acerca de su valor nutritivo, de las cantidades de principios inmediatos que contienen e incluso de su contenido en vitaminas y minerales. Nos encontramos en una fase del proyecto en la que debemos ir cerrando apartados para iniciar otros. Así que esta es la tarea que os encomendamos: investigar sobre la composición de nuestras variedades de pimientos (dulce, boiro, jalapeño verde, chile rojo y habanero) de modo que comprobemos cuáles son sus virtudes alimenticias. Como siempre, os agradecemos que subáis la información en la sección de comentarios del blog; no olvidéis incluir las referencias de dónde habéis obtenido la información.


¿Qué grado de pungencia tienen nuestros pimientos?

Desde que comenzamos el proyecto sabemos que hay una gran variedad de pimientos que difieren en su forma, tamaño, y también en el sabor. Con respecto a este los hay desde dulces hasta excesivamente picantes. Estas variedades difieren en su contenido en capsaicina, ese compuesto para el que estamos investigando su posible carácter antimicrobiano pero que cuando lo consumimos en los pimientos estimula los receptores térmicos de la piel y las mucosas originando esa sención de picor característico. 

Existe una escala para medir el grado de pungencia de los pimientos, la escala de Scoville. Inicialmente se calculaba tomando como referencia las veces que hay que diluir un extracto de pimiento para que catadores expertos dejasen de captar el sabor picante. Hoy día se resuelve mediante métodos químicos analíticos que miden los niveles de capsaicina que contienen. Hablemos de los dos extremos de esta escala: la capsaicina pura por un lado y por el otro el pimiento dulce. El valor de la primera en la escala de Scoville es de 16.000.000; en el caso del pimiento dulce, vale 0.

Como sabemos estamos desarrollando la parte experimental de nuestro proyecto con una serie de variedades de pimientos y es necesario que sepamos en que lugar de la escala de Scoville se encuentran, pues eso no puede dar una idea aproximada de su contenido en capsaicina. Estas variedades son: el italiano dulce, el boiro (una variedad de pimiento de Padrón), el jalapeño verde, el chile rojo y el habanero. Y esta es justamente la tarea que debemos realizar: buscar en las distintas escalas de Scoville que podemos encontrar por internet el valor en unidades que presentan nuestros pimientos. Como siempre, compartiremos nuestros resultados en los comentarios del blog. Os dejo la etiqueta del recipiente de algunas de nuestras variedades donde indica su pungencia relativa. No olvidéis incluir en vuestro trabajos la referencia bibliográfica o la dirección de la página web desde la que habéis tomado la información.


martes, 9 de febrero de 2021

Los primeros resultados... negativos

 

Esta mañana hemos podido ver los resultados de nuestros experimentos de ayer. Recapitulemos. Se trataba de ver si los extractos de pimientos tenían alguna sustancia en concentración suficiente para inhibir el crecimiento de los microorganismos de prueba que utilizamos. Para ello, en una placa con medio de cultivo inoculada de forma que las bacterias creciesen en césped, colocábamos un disco de papel de filtro que habíamos impregnado con 20 microlitros de nuestro extracto a probar. Las sustancias potencialmente antimicrobianas debían de difundir por el agar e impedir el crecimiento de los microorganismos a su alrededor. Tanto mayor sería el halo de inhibición cuanto más potente o en mayor cantidad estuviese el potencial agente antimicrobiano. Lo que cabría observar os lo muestro en estas imágenes del proyecto del año pasado, donde llama la atención el halo más claro en torno a los extractos de granada, rosal o eucalipto. 

¿Qué es lo que hemos observado en nuestras placas? Pues lo que os mostramos en la imagen inferior. No se aprecian halos de inhibición; en ninguna de las placas se han observado. La conclusión es obvia: no ha habido sustancia antimicrobiana, o al menos no en la suficiente cantidad como para crear un halo de inhibición alrededor de nuestros discos. La diferencia con la fotografía anterior es evidente.


La capsaicina es uno de los productos del pimiento con más actividad biológica. Se ha postulado su efecto antimicrobiano y hemos hecho un ensayo similar al anterior, pero colocando en los discos las disoluciones de capsaicina que se indicaban en la entrada anterior en lugar de los extractos. Tampoco en este caso se han observado halos de inbición alrededor de aquellos. Se incluye a continuación una imagen representativa.


¿Cómo valorar estos resultados? Existen referencias bibliográficas que apuntan a que los pimientos contienen sustancias antimicrobianas; también se ha descrito esta actividad para la capsaicina. ¿Por qué en nuestro caso no aparece? ¿Qué podemos hacer a continuación? Debemos de pensar en estos resultados y ver qué debemos hacer. Este va a ser uno de los puntos que trataremos en la reunión por videoconferencia con José Manuel Palma. Pero podéis ir dejando vuestras interpretaciones como comentarios en el blog.

Y ya para acabar. Un resultado negativo no tiene por qué ser un mal resultado. Es un resultado que hay que interpretar y tanto los resultados positivos como los negativos nos aportan luz sobre nuestra investigación.

Actualización

Paralelamente a los experimentos que llevamos a cabo con los extractos de pimientos, hemos ensayado la actividad antimicrobiana de extractos de corteza de granada sobre las mismas bacterias y con el mismo procedimiento que en nuestros ensayos. Los resultados se muestran en la imagen inferior, donde se pueden apreciar los halos de inhibición, las zonas alrededor de los discos impregnados donde se ha reducido el creimiento bacteriano. Podríamos pensar que los resultados negativos que hemos obtenido con los pimientos podrían haberse debido a que el procedimiento no hubiese funcionado adecuadamente, algo que no parece posible a la luz de la imagen de abajo. ¿Cómo interpretamos, entonces, los resultados arriba expuestos?



lunes, 8 de febrero de 2021

Estudiamos experimentalmente el carácter antimicrobiano de los pimientos

En la clase de esta mañana dedicada al proyecto hemos iniciado los experimentos para estudiar el posible carácter inhibidor de los extractos de pimiento. Previamente habíamos preparado el material microbiológico, como comentábamos en la entrada anterior. Los cultivos de las bacterias de prueba se habían dejado inoculados desde el viernes. La técnica que vamos a emplear se denomina difusión en disco y se lleva a cabo impregnando discos de papel de filtro estériles con los extractos y disponiéndolos sobre cultivos bacterianos en medio sólido.

Hemos trabajado en distintos equipos. En uno de ellos hemos preparado los cultivos bacterianos sobre los que probar los extractos. Partíamos de placas de Petri con medio TSA (triptona-soja-agar) y de tubos con 5 ml de agar semisólido ( medio TSB + agar 0,6%). Estos se han calentado al baño maría hasta que se ha fundido el agar, después se ha dejado que la temperatura baje hasta unos 42-45ºC y se han inoculado con 100 microlitros de los distintos cultivos a ensayar; tras mezclar bien se han vertido sobre las placas y se han dejado solidificar. Las bacterias de prueba son: Bacillus subtilis, Escherichia coli, Xanthomonas, Dickeya y Ralstonia.

El otro equipo ha preparado los discos con los extractos. Los discos de papel de filtro estériles se han dispuesto sobre una rejilla de plástico que ha estado sumergida en etanol durante varios días. Tras evaporarse el alcohol se han dispuesto sobre ella los discos de papel de filtro y se han impregnado con los extractos. En primer lugar se han añadido 10 microlitros y una vez seco el líquido añadido se ha procedido a añadir otros 10 microlitros más. En cada disco hay, por tanto, 20 microlitros de cada extracto. Los discos se han espaciado regularmente en las placas. A cada placa se ha añadido un disco al que, siguiendo el mismo protocolo, se le han añadido 20 μl de etanol al 70%, el medio que utilizamos para la extracción.

 

Seguidamente se ha procedido a estudiar el carácter inhibidor de la capsaicina, la sustancia responsable del picor de los pimientos. El procedimiento seguido ha sido el mismo que se ha indicado antes. En lugar de los extractos de pimientos se han colocado 20 microlitros de soluciones de capsaicina a las siguientes concentraciones: 1 mM, 500 μM, 200 μM, 100 μM, 50 μM y 10 μM. Se han ensayado con los mismos microorganismos.

Si alguna de las sustancias que estudiamos tienen carácter inhibidor, observaremos alrededor de los discos una ausencia de crecimiento de la bacteria indicadora. Dicho de otro modo, la técnica permite que las bacterias crezcan formando un césped uniforme en toda la extensión de la placa menos donde haya algo que impida el desarrollo de las bacterias. Ahora es necesario que a lo largo de los próximos días valoremos la aparición de estos halos de inhibición. Deberemos medir su extensión para estimar diferencias en la capacidad inhibidora, en el caso de que tengamos resultados positivos.

sábado, 6 de febrero de 2021

Pimientos y antimicrobianos: planificamos nuestros experimentos

El próximo experimento que vamos a hacer en nuestro proyecto es estudiar si las variedades de pimientos que utilizamos  contienen sustancias capaces de inhibir el crecimiento de los microorganismos. Para ello es recomendable que conozcamos previamente cómo llevar a cabo las técnicas que vamos a aplicar. En esencia lo que vamos a hacer es estudiar si una determinada cantidad de nuestro extracto impide que una bacteria se desarrolle en un cultivo. Para ello extenderemos un cultivo de bacterias sobre una placa de Petri sobre el que colocaremos discos de papel de filtro impregnados con los extractos a ensayar. En el caso de que alguno de nuestros pimientos contenga sustancias antimicrobianas, están difundirán impidiendo el crecimiento de las bacterias y mostrando un halo de inhibición alrededor del disco. Valoraremos la actividad en función de la extensión de este halo.

Las bacterias frente a las que vamos a comprobar el posible carácter inhibidor del crecimiento son: Bacillus subtilis, Escherichia coli, Xanthomonas, Dickeya y Ralstonia. Las tres últimas son patógenas de plantas, es decir, causan afecciones a las plantas aunque no nos afectan a los seres humanos. Las dos primeras, B. subtilis y E. coli, difieren en la estructura de su pared celular, lo cual tiene importancia en la respuesta de las bacterias ante determinados antibióticos. Partiremos de cultivos en fase estacionaria. 

El primer paso es obtener un cultivo en césped de microorganismos. Para ello prepararemos tubos estériles con 5 ml de agar semisólido que mantendremos líquido a una temperatura de 42ºC. Se inocularán con 100 μl de los cultivos de microorganismo con la ayuda de una micropipeta. Tras mezclarlo bien, se verterá sobre una placa de Petri procurando, antes que solidifique, extenderlo uniformemente. De esta manera, las bacterias creceran por toda su extensión.

Prepararemos a continuación los discos de papel de filtro con los extractos de pimiento. Para ello colocaremos los discos de papel previamente esterilizados sobre una rejilla de plástico que habremos matenido sumergida en etanol, una vez evaporado éste. Impregnaremos los discos con 10 μl  de cada extracto con la ayuda de una micropipeta y lo dejaremos secar para volver a añadir otros 10 μl. De esta manera conseguiremos aumentar la concentración del extracto.

 

Una vez secos los discos se colocarán regularmente espaciados sobre el agar inoculado. El contenido de cada disco deberá estar debidamente identificado, para lo cual habremos marcado previamente sobre la placa algún identificador.

Con el mismo procedimiento vamos a valorar si la capsaicina, el componente que le da el sabor picante típico al pimiento, tiene capacidad antimicrobiana. En lugar de los extractos de pimientos añadiremos sobre los discos el mismo volumen de capsaicina a distintas concentraciones. En ambos casos valoraremos el posible efecto inhibidor por la aparición y la extensión de los halos de inhibición alrededor de los discos con los extractos. 



lunes, 1 de febrero de 2021

Sobre las referencias bibliográficas

Una parte muy importante de todo proyecto científico es conocer lo que previamente se ha investigado sobre ese tema. Para ello es imprescindible revisar lo que se ha publicado sobre el mismo. Para ello debemos aprender a utilizar bases de datos bibliográficas; en ellas, a través de palabras clave podremos acceder a multitud de artículos. finalmente, estos serán necesarios para discutir nuestros resultados y obtener las conclusiones oportunas. Quizá la más utilizada en la investigación biomédica es PubMed. Y otra que resulta muy familiar ya que es similar al buscador que solemos utilizar es  Google Scholar (Google Académico). Se presentan a continuación algunas instrucciones para utilizarlas.

Accedemos a PubMed a través de la siguiente dirección: https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov. Nos llevará a la siguiente pantalla, en la cual escribiremos las palabras clave para nuestra búsqueda. En nuestro caso términos relacionados con los pimientos, por ejemplo pepper, Capsicum annuum, etc. 


Nos llevará aun listado de referencias bibliográficas acorde a los términos que hayamos introducido.


Haciendo click en el título del artículo nos llevará a una página donde encontraremos su resumen (abstract), y desde la que en ocasiones tendremos la posibilidad de acceder al texto completo de nuestro artículo, en el caso de que las revistas sean de acceso abierto y gratuitas.


Una utilidad muy interesante que presenta esta página es copiar directamente la referencia bibliográfica de nuestro artículo, algo que será necesario para la elaboración del artículo final, donde deberemos incluir una relación de todos los artículos, libros o webs utilizadas. A ello se accede desde el comando Cite. Se abrirá una nueva ventana donde aparecerá la cita y desde donde la podremos copiar para llevar a nuestro texto. Existen distintos formatos para expresar la bibliografía que podremos elegir. Uno de los más habituales es el que se muestra en la imagen de arriba. Una cita vendría reseñada de la siguiente forma: Nombre de los autores; año de publicación; título del artículo; nombre de la revista; volumen y páginas. Las publicaciones electrónicas tienen también su referencia.

Google Académico o Google Scholar es la base de datos bibliográfica de Google. Accedemos a través de la siguiente dirección: https://scholar.google.es. Accedemos a nuestra pantalla de búsqueda:


Tras escribir nuestras palabras claves accedemos al listado de referencias, una pantalla en la que presentan tres columnas. Haciendo click en cada una de ellas podremos acceder al resumen del artículo, normalmente desde la revista en la que se ha publicado. La columna de la izquierda contiene una serie de comandos; el superior permite seleccionar la fecha de publicación del artículo; el siguiente nos permite decidir el orden en el que aparecerán las referencias, si por fecha o por la importancia del artículo; finalmente podremos seleccionar únicamente los artículos en castellano.

La columna de la derecha nos permite acceder a la versiones completas de los artículos en el caso de que sean accesibles. Se puede acceder a un mayor número de artículos que en PubMed, pues esta base de datos da acceso a artículos que se encuentran en repositorios donde han sido colocados por particulares.

Buscar información, como vemos, no es complicado. Ahora es momento de ponerlo en práctica. Nuestro objetivo es estudiar las propiedades de los pimientos que resultan beneficiosas para la salud. Y esa va a ser nuestra tarea: comenzaremos por buscar cada uno de nosotros un artículo sobre los usos beneficiosos de los pimientos, destacaremos las ideas principales de su abstract o resumen e incluiremos su referencia bibliográfica, descrita según el modelo que hemos citado más arriba. Y como existen gran cantidad de artículos publicados sobre estos temas, procuraremos que no se repita ninguno de los que seleccionemos. Toda esta información, como siempre, la incluiremos en la sección de comentarios.